¡NI ISAIAS NI DANIEL, SOLO RUTHERFORD! “EL VERDADERO
PROFETA”
Rutherford “el
Juez” que en su momento había dicho que Jesús fue un borracho, en este
pequeño comentario nos enseña que ni Isaías, ni Daniel, ni cualquiera de los
grandes profetas del Antiguo testamento tuvieron la capacidad tanto intelectual
como espiritual para poder entender lo que las santas escrituras revelaban
sobre el misterio salvífico de Dios. Solo Rutherford pudo hacerlo, él, el “gran
profeta de Dios”, “conocedor de los grandes misterios divinos, solo a él, Dios
le revela lo que muy pronto acontecerá, así lo enseña Rutherford en su libro
“El arpa de Dios”, impreso en el año 1930, un año antes de empezar a llamarse
Testigos de Jehová. En el prefacio “el gran profeta” manifiesta abierta y
soberbiamente lo siguiente:
“La gente en general no ha sido debidamente
instruida en la Biblia. Aun aquellos que han atendido las Escuelas Dominicales,
solamente han aprendido los textos, más no los significados. A semejanza de los
profetas de la antigüedad, han oído pero no han entendido. La verdadera razón
de ese estado de cosas es la de que el Plan de Dios no podía ser entendido sino
hasta el tiempo debido para ser revelado. Ese tiempo ha llegado”.
Meditando este párrafo escrito por el profeta Rutherford
bien vale analizar las siguientes preguntas.
1.
¿Cuál es el
tiempo debido para que ese mensaje sea revelado?
2.
¿Quién era esa
persona justa y digna de recibir tan grande manifestación a la que ni los
profetas del Antiguo Testamento tuvieron acceso?
El señor Rutherford nos da
la respuesta de una forma pasiva pero al mismo tiempo muy directo, es nada
menos que el mismo... y el tiempo adecuado o debido es ese tiempo ósea 1930.
Pero ¿Qué reputación
poseía Rutherford como profeta?
Indudablemente que dejaba mucho que desear y para muestra basta
un botón, recordemos el famoso caso de Beth-Sarim en san Diego California para
el año 1925, cuando el “juez” mencionó muy desacertadamente que para esa fecha
vendrían los grandes Profetas Abraham, Isaac y Jacob.
"Podemos confiar que en 1925
regresen de entre los muertos Abrahán, Isaac, Jacob, y los fieles profetas del
pasado, particularmente aquellos mencionados por el Apóstol en Hebreos capítulo
once, a la condición de la perfección humana."
(Millones que ahora viven no morirán
jamás), 1920. p.90.)
Si
bien es cierto, Rutherford pensó que en el año de 1925 vendrían los patriarcas,
no fue sino hasta el año 1929 que se empezó a construir la casa de Beth Sarim y
que para 1930 estaría a disposición de los patriarcas.
«Aquellos
hombres fieles de antaño podía esperarse que regresaran de entre los muertos en
cualquier día a parir de entonces . . . Con esta expectativa la casa en
San Diego, California, una casa que ha recibido mucha publicidad con mala
intención del enemigo religioso, fue edificada en 1930, y llamada Beth-Sarim,
que significa, “Casa de los Príncipes”. Ahora se mantiene en custodia para que
la ocupen aquellos príncipes a su vuelta.»
El Nuevo
Mundo, ed. 1942, p.104
Queda claro que aquí el
único que no supo entender la revelación divina y que además demostró ser un
falso profeta fue el señor Rutherford.
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